El Morro –también conocido como jícaro, güira, mulul y tetumo- es una especie de la familia bignoniácea distribuida en los climas secos de Guatemala (Méndez, 2014).
Entre las propiedades del morro, el germen de la semilla es fuente de ácidos grasos insaturados, etanol y aceites, así como de altos contenidos de proteína. El árbol de moro llega a medir hasta seis y 10 metros de altura, 100 cm de diámetro y posee unas ramas retorcidas con brotes delgados. El fruto posee semillas de color café incrustadas en su pulpa, las cuales mide de 6 a 8 mm de diámetro y 2 mm de ancho. Se pueden encontrar hasta 900 semillas dentro de los frutos. Las hojas son de pecíolo alado en la base y el fruto es redondo con una cobertura muy dura (Méndez, 2014).
Es utilizado para la producción de bebidas como la horchata -a la cual se le suele agregar leche, ajonolí, canela o maní- y bebidas nutritivas, harinas de sus semillas, pulpa seca para alimentación de ganado y su cáscara puede ser utilizada para la elaboración de combustible. También se utiliza en remedios caseros y en infusiones. En la región de las Verapaces su cáscara es utilizada para la fabricación de artesanías (Méndez, 2014).
Fue cultivado por grupos prehispánicos en Mesoamérica y Caribe, los cuales conocieron el fruto como xicalli xi. Durante la época colonial los españoles instituirían el nombre de morro (Méndez, 2014).
Referencias bibliográficas
- Méndez, A. (25 de septiembre. 2014). Es bueno el morro. Prensa Libre: Guatemala.