Un libro de colección fabricado para todos los amantes del buen fútbol, pero también para los ‘riquelmistas’ más recalcitrantes que no quieren olvidar jamás todo lo que vivió el futbolista argentino en su épica carrera.
Juan Román Riquelme solamente jugaba bien al fútbol. Y el fútbol no es más que un deporte. Veintidós personas pateando la pelota de un lado a otro. Nada complejo. Nada intelectual. Nada digno de admirarse por encima de otras destrezas mucho más importantes en la vida.
La magia está, sin embargo, en la conexión. El fútbol conecta personas. Desde el kinder hasta el último partido. Y Juan Román Riquelme, sin proponérselo, conectó a millones de personas en todo el mundo con su manera de jugar a la pelota.